25 de mayo de 2010

¿De dónde proceden tus ideas? Las fuentes de la innovación en la empresa

Una vez leímos que las ideas surgen de conversaciones y de seguir un método o protocolo para su generación y captura, que únicamente tiene posibilidades de éxito si se producen en un contexto que no sólo las facilita, sino que además las incentiva.
Según esta afirmación y tras un poco de investigación, concluimos que existen seis posibles fuentes para extraer buenas e innovadoras ideas en la empresa. Pueden darse todas o sólo algunas, son compatibles:

1. Innovación surgida en el laboratorio. El objeto de esta aproximación es investigar para más tarde encontrar uso a aquello que se ha descubierto en los departamentos de I+D+i de la propia empresa o a través de las investigaciones que para sus asociados realizan algunas asociaciones sectoriales.
Ej: en DuPont obligan a sus equipos de I+D+i a rotar entre los laboratorios y las unidades de negocio para asegurarse de que todos los investigadores mantengan el foco en el mercado.

2. Innovación a partir de las ideas que tienen los empleados. Las ideas son cosas de todos. Muchas veces existe una falta de una cultura y un clima de colaboración, proactividad y tolerancia. Es necesario capacitar a las personas de la organización para la implementación de la Innovación, y nadie más consciente de la realidad de la empresa y sus posibilidades que aquel que trabaja en ella todos los días.
Ej: en Toyota tienen muy claro que las ideas que surgen en cualquier lugar y nivel de su organización son las que dan alas a la empresa para conseguir esa excelencia que la distingue.
Tal y como afirma E. de Bono: “mientras se siga pensando que la creatividad es un don personal, las empresas están ignorando miles de ideas que laten entre sus empleados”.

3. Innovación a partir de la observación del cliente y mercado. Se trata de focalizar la atención en nuestros clientes potenciales, para llegar a entender cuáles son sus necesidades y, a partir de ahí, intentar generar soluciones que le aporten significado.

4. Innovación inspirada en el análisis de lo que hace la competencia. Se trata de tomar como referencia lo que hacen nuestros competidores en el mercado, de extraer sus buenas prácticas, siempre intentando mejorar, no de “copiar” o imitarlos. El benchmarking es la herramienta que más nos puede aportar en este aspecto.
Ej: Ryanair, Cirque du Soleil, Nintendo o IKEA, han conseguido un liderazgo vendiendo productos o servicios que ya se vendían antes de que ellas irrumpieran, pero haciéndolo de una manera distinta.

5. Innovación de compra o alquiler. Las empresas externalizan una parte o la totalidad de la inversión en I+D. La generación de ideas se produce fuera de la organización, a cargo de empresas consultoras dedicadas a la innovación. Muchas veces la contaminación interna cierra las puertas a la creatividad y una visión externa aporta frescura y dinamismo.

6. Innovación abierta o participativa. Internet y las redes sociales han transformado el panorama comunicativo y las empresas, ahora más que nunca, tienen la posibilidad de acercarse al máximo al consumidor y de fomentar la colaboración entre ambos, con la finalidad de mejorar los productos o servicios.
Ej. Procter & Gamble quiere que para 2010 el 50% de sus ideas para nuevos productos provengan de fuera.
Ej: empresas como Innoget o Innocentive, entre otras, son un claro ejemplo de open innovation.

Lo importante es que la empresa sea capaz de detectar estas fuentes y tender puentes entre ellas para explotar su máximo potencial.



En su libro How breakthroughs happen. The surprising truth about how companies innovate, A. Hargadon nos sugiere que practiquemos la “polinización”. Es decir, salir fuera de nuestro espacio habitual en busca de aire fresco, ver y acumular experiencias para después, a nuestro regreso, ser capaces de establecer conexiones entre aquello que vimos, oímos y vivimos, y aquello que queremos resolver.

Ver, compartir e imaginar es innovación.

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